Viernes, 8 de Enero de 2010 Esta es una receta que se hacía en el convento de Alcántara. Se trata de un plato, que no es nada empachoso ni graso. Las espinacas y los huevos duros que le acompañan, le dan un toque especial, con su discreto sabor ayudan a resaltar el sabor del bacalao.
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