Cortar el conejo en trozos pequeños, que pondremos en un recipiente de barro, lo salamos ligeramente, y lo reservamos para despues.
Para preparar el salmorejo, se trituran en un mortero una cucharada de sal gorda, unos cuantos dientes de ajo, la puntita de una cucharilla de pimentón y un par de pimientas.
Tras machacarlo todo un rato, se añade un chorrito generoso de aceite y otro casi igual de generoso de vinagre.
A esta mezcla se la conoce como salmorejo, y se la echaremos encima del conejo, junto a otro chorrito de vinagre y un vasito de vino blanco, más una hoja de laurel y un poco de romero y tomillo.
Se remueve bien todo, y se deja entre cuatro y doce horas, para que la carne se impregne de todos los aromas de los productos que le hemos añadido.
Transcurrido ese tiempo, se fríen los trozos de conejo y se van pasando a un recipiente.
El salmorejo que queda, se calienta con un poco de aceite y se vierte en el mismo recipiente que el conejo.
Se le da un hervor, y ya está listo para servir.
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