Es otro de los asados campesinos cuya preparación no tiene secreto alguno. Los espárragos quedan depositados sobre las brasas hasta que terminan de asarse.
Después de soplar sobre las cenizas que hayan podido adherirse, se pasan sobre una salsa de aceite, ajo picado y sal. Se toman sin perder tiempo.
Resultan, mejor que de ninguna otra forma. Los campesinos los suelen tomar así en los descansos de sus faenas.
|