Pediremos al pescadero una corvina limpia sin espinas.
Aliñamos con el jugo del limón, la sal y la pimienta, taparemos e introduciremos una par de horas a la nevera.
Sacaremos la corvina de la nevera y la cortaremos en medianos, batiremos los huevos añadiendo lentamente el aceite, el queso parmesano y la leche.
Precalentamos el horno a unos 80 ºC e introducimos la Corvina en una fuente bañada toda ella con el batido.
Tapar la corvina con papel aluminio y hornear unos 30 minutos, una vez transcurrido este tiempo quitaremos el papel de aluminio y lo dejaremos otros 10, aprovecharemos también para verter algo del jugo sobre la corvina, podremos hacerlo un par de veces antes de sacarla del horno.
|