Dejar ayunar las cabrillas durante un día y lavarlas a fondo, con varios enjuagues bajo el grifo.
Poner una cacerola con agua fría y un poco de sal y echar las cabrillas limpias y enteras.
Encender el fuego y dejar la lumbre suave hasta que comience a hervir.
Dejar cocer diez minutos y apartar. Tirar el agua de la cocción.
Hacer mientras un sofrito en aceite de oliva, con el ajo, las cebollas, los pimientos y los tomates.
Echar el sofrito a las cabrillas y el vino fino con medio vaso de agua, mover y dejar cocer unos quince minutos fuego lento. Probar de sal.
Apartar y servir caliente en su salsa.
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