Dejar ayunar los caracoles, en un recipiente grande bien tapado, durante al menos 24 horas.
Lavarlos dos o tres veces continuamente, en abundante agua fría, hasta que suelten las babas.
Ponerles sal y echarlos en una olla grande, cubriéndolos de agua fría.
Dejar la olla a fuego muy lento, hasta que asomen los caracoles.
Añadir las especias, bien en la bolsita o sueltas majadas en mortero con una pizca de sal y agregar las cabezas de ajo enteras y el poleo.
Dejar hervir hasta que se vea el caldo oscuro.
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