Se prepara la salsa en una botella (dos días antes de utilizarla, para que macere bien) en la que se ponen todos los ingredientes, rellenando la botella con el agua hervida y fría. Se tapa la botella con un corcho atravesado por una paja que servirá para ir rociando el cordero.
El cordero, que se habrá dejado serenar dos días en sitio fresco, se abre en canal y se atraviesa de arriba a abajo con un hierro; se abren bien las patas y se sujetan con un palo para que queden bien abiertas.
Se prepara un fuego de madera de roble y se clavan los hierros con el cordero cerca del fuego (a unos 20-30 cm. de éste y del suelo); se rocía de vez en cuando con la salsa de la botella y se va girando poco a poco para que se haga igual por todas partes.
Originario de Argentina, este plato ha adquirido auténtica carta de naturaleza en las cuencas mineras.
En el Prau Llagüezos, en la frontera de los concejos de Lena y Quirós se celebra la Fiesta del Cordero todos los primeros domingos de julio, contando con un Concurso nacional de Cordero asado a la estaca.
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