Poner un vaso de aceite de oliva en una sartén y freír la matalahuva y la cáscara del limón. Apartar la sartén, colar el aceite y reservarlo, tirando la cáscara y la matalahuva.
Aparte, amasar la harina con el aceite templado, un poco de levadura, el vino, el zumo de la naranja y una pizca de sal. Unir bien hasta conseguir una pasta consistente, agregando o reduciendo harina. Tapar y dejar reposar la bola de masa durante una hora.
Poner la masa en una mesa plana o mármol y pasarle un rodillo o botella para aplanarla y dejarla fina de espesor.
Cortar con el borde de un vaso o a cuadrados con un cuchillo, y se doblan hacia arriba uniendo dos puntas enfrentadas.
Poner en una sartén el otro vaso de aceite de oliva e ir friendo los pestiños, apartándolos al dorar, bien escurridos.
En otra sartén grande, calentar la miel rebajada con un poco de agua, y cuando empiece a hervir ir echando los pestiños fritos anteriormente, dejándolos empapar (enmelar). Sacarlos a una fuente.
Dejarlos enfriar y espolvorearlos azúcar fina o bolitas de anís para decorar.
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