El primer paso de todos será cortar los calamares si los hemos comprado enteros y limpiarlos, cosa que nos ahorraremos si directamente compramos las anillas de calamar.
El segundo paso será hacer el marinado para los calamares, para ello se añade el zumo del limón, un chorrito de aceite y la hoja de laurel, se deja los calamares en este marinado por un tiempo de unos 30 minutos.
Añadimos a los calamares el zumo de limón, un chorro de aceite de oliva y la hoja de laurel. Y dejamos reposar durante 30 minutos.
Mientras esperamos a que repose, aprovecharemos para preparar el rebozado, para lo cual mezclamos las yemas de los huevos con harina, reservando las claras, y añadiendo al rebozado la leche, se remueve todo ello bien. Una vez bien mezclado, se irán añadiendo poco a poco las claras, las cuales tendremos ya a punto de nieve, se deberá de hacer muy despacio para evitar que se baje la mezcla.
Pasados los 30 minutos de reposo del marinado, el cual iremos removiendo de vez en cuando hasta haber completado el reposo. Escurrimos los calamares y los añadimos al rebozado.
Calentamos abundante aceite de oliva y una vez bien caliente, introducimos las anillas de los calamares friéndolos hasta que queden bien turraditos.
Una vez fritos, se presentarán los calamares en una bandeja o fuente y se cortará el limón en 4 trozos, para que quien desee pueda acompañar los calamares a la romana con un poquito de limón.
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