Caliente en un cazo, a fuego lento, el azúcar y las grosellas, hasta que éstas se hayan deshecho. Reduzca la mezcla a puré.
Añada oporto y agua para obtener un litro de mezcla. Disuelta la gelatina en tres cucharadas de agua. Déjela en remojo 10 minutos y caliéntela hasta que presente un aspecto limpio (no debe hervir). Incorpórela al puré de grosellas.
Moje bajo el grifo de agua fría 6 moldes pequeños o uno grande. Reserve 6 cucharadas de la mezcla y eche el resto en los moldes. Enfríe en el frigorífico durante 6 horas.
Sumerja por un instante los moldes en agua hirviendo y desmolde la gelatina sobre platos de postre.
Disuelva la gelatina reservada y déjela enfriar. Rodee las gelatinas desmoldadas con nata y, cuando la gelatina reservada esté fría, pero todavía no se haya cuajado, deje caer algunas gotas de este líquido sobre la nata. Luego, con un palillo, dibuje un motivo decorativo que recuerde a una pluma.
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