Verter un 1/4 de taza de agua templada en un bol. Echar la levadura en el agua y dejarlo 2 minutos en reposo. Añadir el pellizco de azúcar y tapar el bol.
Ponerlo en un lugar caliente entre 5 y 6 minutos hasta que la levadura empiece a formar espuma.
Poner la harina y la sal en un bol grande. Hacer un pozo en el centro y verter la levadura. Añadir el resto de agua y el aceite y mezclarlo a mano.
Cuando los ingredientes estén bien mezclados, hacer una bola con la masa. Amasarla durante 10 minutos, hasta que esté lisa y adopte una textura elástica.
Hacer una bola con la masa y ponerla en un bol untado de aceite. Taparla con plástico de cocina y dejarla que aumente de volumen durante 2 horas en un lugar caliente.
Dividir la masa en dos partes. Extender cada una de las partes con el rodillo en una superficie untada con harina hasta conseguir el grosor deseado.
Ir girando y aplanando la masa al mismo tiempo hasta obtener un círculo de grosor uniforme. Pellizcar los bordes de la masa. Guarnecerla y ponerla en el horno.
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