Limpiar bien el pescado y cortarlo en trozos regulares.
Poner una olla al fuego con abundante agua y echar en ella las cabezas, colas y espinas de los pescados, la cebolla y uno de los tomates, cortados en dos. Salar y dejar hervir a fuego lento durante 45 minutos a 1 hora y transcurrido este tiempo, colar el caldo y reservar.
Poner al fuego una cazuela de barro con el aceite y freír los ajos. Cuando estén fritos, apartar la cazuela, sacar los ajos y echarlos en un mortero. Majar los ajos con las almendras, el azafrán y un poco de perejil, añadiendo un poco del aceite de freír los ajos. Cuando todo esté bien majado, con el aspecto de una pasta, lo reservamos.
Poner de nuevo al fuego la cazuela con el resto del aceite y cuando esté caliente, rehogar los tomates, pelados y finamente picados. A continuación se van colocando los trozos de los pescados. Se rehoga todo, moviéndolo con una cuchara de palo y se añade la pasta que teníamos en el mortero; se revuelve todo para que se mezcle bien y se echa el caldo hasta que quede bien cubierto. Se rectifica de sal y se deja cociendo, a fuego lento, hasta que la salsa se reduzca y esté todo bien cocido.
Presentar en la misma cazuela.
|