Tras macerar la pierna con sal y pimienta durante 24 horas se hornea en una placa, previamente embadurnada con la manteca, dándole frecuentes vueltas. Transcurridos 45 o 60 minutos se retira y se desprende la grasa.
A continuación se ponen en el fondo de la placa la cebolla cortada a trozos, los ajos y el manojo de hierbas para, añadiendo de nuevo la pierna, introducirlo todo en el horno. Cuando al pinchar con una aguja no salga sangre se extrae la pierna del fuego y se embadurna de azúcar glasé, al tiempo que se vierte un vaso de cava sobre la placa y se rasca esta última con un palo de madera, a fin de recoger la parte adherida.
En un cazo aparte se hierven las escalonias picadas con la mitad del cava restante; se agregan el jugo de la cocción de la cebolla y los ajos, se deja reducir el líquido en una cuarta parte y se pasa todo por el chino.
Llegado este punto debe introducirse la pierna de nuevo en el horno, dándole vueltas hasta que el azúcar se caramelice y adquiera un bonito color dorado. Se retira y se reserva mientras se desgrasa con el vinagre el jugo que ha soltado, agregándole el resto del cava y el tomate concentrado. Por último se mezclará este jugo con la salsa de escalo
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